La Iglesia considera los medios de comunicación social como el resultado del proceso histórico científico por el que la humanidad “avanza cada vez más en el descubrimiento de los recursos y de los valores encerrados en todo lo creado”.
La Iglesia ha declarado a menudo su convicción de que los medios de comunicación son “maravillosos inventos de la técnica” que ya hacen mucho para afrontar las necesidades humanas y pueden hacer mucho más.
Desde el punto de vista de la Iglesia, la historia de la comunicación humana es como un largo viaje, que lleva a la humanidad “desde el orgulloso proyecto de Babel y la caída en la confusión e incomprensión mutua que refleja Génesis 11:1-9, hasta Pentecostés y el don de lenguas: una restauración de la comunicación centrada en Jesús, bajo la acción del Espíritu Santo, modelo de la “comunicación entre los hombres lo encontramos en Dios que se ha hecho hombre y hermano”.
La Iglesia ha declarado a menudo su convicción de que los medios de comunicación son “maravillosos inventos de la técnica” que ya hacen mucho para afrontar las necesidades humanas y pueden hacer mucho más.
Desde el punto de vista de la Iglesia, la historia de la comunicación humana es como un largo viaje, que lleva a la humanidad “desde el orgulloso proyecto de Babel y la caída en la confusión e incomprensión mutua que refleja Génesis 11:1-9, hasta Pentecostés y el don de lenguas: una restauración de la comunicación centrada en Jesús, bajo la acción del Espíritu Santo, modelo de la “comunicación entre los hombres lo encontramos en Dios que se ha hecho hombre y hermano”.
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